viernes, 29 de abril de 2016

Padres de la Ciencia que fueron astrólogos

"Padres de la Ciencia" que fueron astrólogos


Dr. Adolfo R. Ordóñez



"El Tiempo es la imagen móvil de la Eternidad".  Platón; (ca 427-348 a. C., citado por J. L. Borges)

"La Eternidad [atemporal] pliega [en un Orden Implicado] y despliega [en un Orden Desplegado] la sucesión [temporal]." Cardenal Nicolás de Cusa (1401-1464; citado y explicado por David Bohm)

La muy antigua y distinguida historia de la Astrología


Hasta aquí hemos dedicado cinco artículos a una defensa epistemológica del carácter científico que tiene la Astrología -obvio, cuando se la ejerce seriamente, como ocurre con cualquier ciencia- y contraria a la conceptualización "indiscutiblemente" pseudocientífica que muchos científicos y académicos desean asignarle -para no tener que enfrentarse a la más resistida de todas las tareas: la de revisar toda su cosmovisión y sus paradigmas-. Ahora deseamos completar esa tarea llamando la atención de nuestros lectores acerca de algunos puntos fundamentales pero que suelen omitirse, por resultar "inconvenientes". A saber:

jueves, 28 de abril de 2016

Jung, Pauli y Bohm: hacia una posible explicación parcial de la Astrología (Parte 2)

 

 Parte 2



"La astrología representa la suma de todos los conocimientos psicológicos de la antigüedad."
Carl Gustav Jung

Los regalos de Tres "Reyes Magos" para la Astrología


David Bohm



La otra "mención especialísima" le corresponde al brillante y mundialmente reconocido físico teórico -pero aún a pesar de esto no ser bien estudiado ni comprendido- David Bohm (1917-1992). Si la explicación de ello es la ya anteriormente señalada: si una "Revolución científica" halla tanta resistencia, imaginen cuántos más obstáculos involucra el replanteo y la revisión de nuestra cosmovisión: eso es una "Revolución metafísica" que -a su vez- requiere de una previa "Revolución Psicológica" para poder realizarse. En el fondo, es por eso que la Astrología es considerada una "pseudociencia".

Bohm es autor de una extraordinaria "interpretación ontológica" de la Física Cuántica, con su concepto de "Holokinesis" o Flujo Holográfico donde estaría plegada no sólo la materia, sino la Vida y la Conciencia, y de la que se despliegan juntos "el espacio y el tiempo", así como "el observador y lo observado" (2) .

Ello, según veremos, nos proporciona la base para una clarificadora explicación científica del porqué de la existencia de los eventos sincronísticos de Jung, y por lo tanto, nos acerca -al menos a concebir la plausibilidad- de la Astrología (3) .

miércoles, 27 de abril de 2016

Jung, Pauli y Bohm: hacia una posible explicación parcial de la Astrología (Parte 1)



"La astrología representa la suma de todos los conocimientos psicológicos de la antigüedad."
Carl Gustav Jung

Los regalos de Tres "Reyes Magos" para la Astrología



Carl Gustav Jung



No podemos dejar de citar con mención especial al psiquiatra y psicólogo suizo Dr. Carl Gustav Jung (1875-1961), quien mostró un profundo interés no sólo por la Astrología, sino también por la Alquimia -lo que se cree que es la prehistoria de la Química-, la Cabalá y la Gnosis.

Es obra de Jung la idea de la Sincronicidad, como un principio de conexión acausal [entre la Naturaleza y la Psique, o sea -en griego- entre Físis y Psijé (1) ].

De hecho, el concepto de sincronicidad, es -a mi juicio- uno de los tres Principios Fundamentales de un posible Paradigma (en el sentido de Kuhn) en el trasfondo del cual se pueda concebir "la plausibilidad" de la Astrología, así como para poder comenzar a explicarla.

viernes, 22 de abril de 2016

Pésaj y Wésak del 2016 (5776)



Pésaj en Wésak de 2016-5776






Quisiera señalar la circunstancia 'nada casual' de que este año Wesak -en la Luna llena de Tauro- coincida con la Pascua judía o Pésaj. Por lo general, ésta cae cerca de la Pascua cristiana (que se celebra el domingo más próximo que sigue a la Luna llena de Aries). En esta última se celebra la resurrección o ‘liberación’ de la humanidad a través de la de Jesucristo después de su agónica muerte en la cruz, mientras que en Pésaj se ritualiza y festeja la salida o 'liberación' de Egipto, donde el pueblo judío –según las Escrituras- había padecido una cruel esclavitud. De hecho, Egipto se dice ‘Mitzráim’ en hebreo, que significa: ‘¿Las angustias de quién?’. Simboliza la terminación de un estado psicológico sufriente y angustioso en ‘el Egipto del cuerpo físico’. Dice el Talmud que es obligación de todo judío sentir como si él mismo hubiera salido de Egipto. Es decir, es una tarea aún vigente y que todavía no ha terminado…

jueves, 21 de abril de 2016

El Festival de Wésak





Todos los años, durante la luna llena de Tauro, tiene lugar en Oriente, una importante ceremonia. 

La misma se lleva a cabo físicamente, en un valle en los Himalayas de la zona del Tíbet, al cual van llegando peregrinos de diferentes lugares, estratos sociales y religiones.

miércoles, 20 de abril de 2016

El Arte del Diálogo, Parte 2


El Arte del Diálogo

Psicología, los Órdenes del Amor y Astrología


Parte 2: Pautas para un diálogo saludable
La relación entre Venus, Saturno y la Luna


Patricia Fernández Acosta (Psic., Mg Psic.Analítica y Astróloga)


Bases para una Comunicación Saludable: El Arte del Dar y Recibir (Tomar)


Comencé con el ejemplo de la tortuga y del perrito, para señalar que todos los puntos a desarrollar más abajo, característicos de una comunicación sana, están fundamentados en el amor como base de sustentación. Es decir, para que sea posible lo que detallamos a continuación, primero hace falta desplegar amor a uno mismo, amor al otro, amor al vínculo entre humanos, vivenciar lo vincular como expresión del amor, junto con el reconocimiento de que esto constituye la base de apoyo de la mismísima existencia no sólo humana, sino de todo el Cosmos.  que Amor (Belleza) y Orden, están intrínsecamente conectados, como nos señala la palabra Cosmos, en sí.

En los puntos a desarrollar como una vinculación (Venus) ordenada (Saturno) e incluyente (Luna/ Neptuno), intentaremos ver las posibles interacciones entre estos arquetipos en su alcance más luminoso:

lunes, 18 de abril de 2016

El Arte del Diálogo, Parte 1

El Arte del Diálogo


Psicología, los Órdenes del Amor y Astrología

Parte 1: Manuelita y el Arte de Amar


Patricia Fernández Acosta (Psic., Mg Psic. y Astróloga)

Introducción


Vivimos momentos de intolerancia, de exasperación, y aunque muchas veces creemos que nos disponemos al encuentro con nuestras mejores intenciones, terminamos la charla con más desentendimiento que antes de empezar a dialogar. Esto viene incrementándose en nuestro país, pero no es un patrimonio nuestro único. Basta con mirar a un lado y al otro en diferentes naciones, y veremos que es un tema humano para meditar.

Les propongo aquí  la consideración de algunos puntos básicos a abordar en el ‘arte del diálogo’, combinando Psicología, Astrología y los Órdenes del Amor (base teórica que sostiene el despliegue de las Constelaciones Familiares, sistema desarrollado por Bert Hellinger para sanar los vínculos).

martes, 12 de abril de 2016

Los Cuatro Elementos en la Astrología



Los 12 signos del zodiaco se agrupan según los cuatro elementos de la‪ astrología

agua, aire, tierra y fuego.


Estos cuatro elementos representan nuestra forma de percibir el mundo así como también a nosotros mismos.




lunes, 11 de abril de 2016

Reflexiones Epistemológicas sobre la Astrología - 9° Entrega

Tres Principios básicos para un “Paradigma Astrológico”

II. El Principio Holográfico
Dr. Adolfo R. Ordóñez

“Ver un mundo en un grano de arena
y el cielo en una flor silvestre,
asir la infinitud en la palma de la mano
y la eternidad en una hora.”
William Blake

Veamos a continuación varios ejemplos ilustrativos tomados de diferentes campos, que espero les permitan vislumbrar las inusitadas posibilidades explicativas encerradas en la idea del “Principio Holográfico”, del “orden implicado” (o implícito, o plegado) y su des-pliegue en una multitud de “órdenes explicados” (o explícitos, o desplegados).
Antes que nada, deseo aclarar que, hoy en día, se está usando una versión diferente del “Principio Holográfico”, de acuerdo con una propuesta teórica del físico holandés Gerard t’Hooft de 1993 (el año siguiente al fallecimiento de David Bohm) y continuada por Leonard Susskind (de la Universidad de Stanford, USA), así como por el notable físico argentino Juan Martín Maldacena (hoy investigador en Princeton). Según esta otra versión, el contenido informativo de un volumen de espacio puede estar “envuelto” o codificado en la superficie que lo rodea. Aunque guarda cierta relación con nuestro asunto, y es una teoría muy importante en la Física actual, no es a esta última a la que aludimos en el presente trabajo.

Ejemplo 1: el holograma. Fue enunciado matemáticamente “como una posibilidad” en base a la interferencia de ondas electromagnéticas, en 1947 por el inglés Dennis Gabor, y fue realizado experimentalmente recién en 1960, gracias a la invención del rayo láser, que posibilitó la fabricación de los hologramas. La razón es que los patrones de interferencia hechos con la luz del láser son especialmente nítidos, en cambio los que permite obtener una luz ordinaria son mucho más difusos, y eso hace que se pierda mucha información. Estos “patrones de interferencia” son la analogía electromagnética de los que se producen en una bañadera o en el río, cuando se “suman y restan” las olitas de agua. Si pudiéramos congelar una porción de interferencia de olas de agua de la bañadera, eso sería una buena analogía de lo que es un holograma. Claro que eso es diferente a los muy difundidos -y posteriormente descubiertos- “hologramas ópticos” a los que estamos habituados (en los que sí se ve una figura, y con luz ordinaria).
En una diapositiva común, digamos, con la fotografía de un hombre, cada parte contiene sólo información sobre sí misma. Por eso, si proyectamos toda la diapositiva, veremos la figura del sujeto completa. Pero si cortamos una parte, por ejemplo, la porción de la diapositiva que contiene la mano izquierda del hombre, y luego proyectamos sobre una pantalla esta “parte”, aparecerá sólo dicha mano y no “todo” el hombre. Si, en cambio, se tiene la “holografía” de un hombre  –mirando la cual, a simple vista no se ve más que un claroscuro de manchas-, y se corta una parte, a la que luego se proyecta con luz láser, se seguirá viendo todo el hombre (aunque quizás con menos nitidez). Es decir, en el holograma u holografía, la parte contiene información del todo (1).

Ejemplo 2: la clonación. Ésta es posible porque el diminuto núcleo de una sola célula tiene envuelta información acerca de todo el organismo. El Principio Holográfico, de hecho, viene siendo utilizado en Ciencias Biológicas desde hace décadas. Por ejemplo, cualquier célula de un organismo viviente (no importa a qué tejido u órgano pertenezca), tiene presente la misma información genética. Que el ADN del núcleo de una célula epitelial, de una célula hepática o de una neurona -no importa su especialización-, sea el mismo, permite a los biólogos clonar un tejido, un órgano y hasta una “oveja Dolly”.

Ejemplo 3: el holoflujo cuántico (o la “holokinesis”). Esto ya ha sido larga y notablemente explicado por el físico David Bohm. A fin de trasmitir una pálida y resumida idea, digamos que Bohm mostró cómo en la Física Cuántica ocurre algo parecido a lo siguiente: Pensemos en el “flujo electromagnético” de ondas de luz, de celulares, de televisión, de radio, etc. que nos atraviesa o “permea” constantemente. Cuando abrimos los ojos, encendemos nuestro celular, o televisor o radio, decodificamos una información que estaba “envuelta” y era “transportada” en esos campos electromagnéticos ondulatoriamente oscilantes.
Ya hemos utilizado el ejemplo del holograma y el del “pez tridimensional” (ver el artículo: La Sincronicidad (Parte 2): el misterio del "entrelazamiento cuántico"). Veamos ahora un tercer modelo, simple pero muy gráfico, que era muy usado por Bohm para trasmitir intuitivamente otros aspectos del “orden implicado”. Consideremos dos cilindros concéntricos de vidrio, uno de radio menor (digamos 5 cm) y el otro de un radio mayor (de unos 15 cm), capaz de girar alrededor del eje común de ambos cilindros. Supongamos que el espacio entre ambos está lleno de un fluido muy viscoso, por ejemplo de glicerina.
i) Coloquemos una gota de tinta mediante una jeringa en medio de la glicerina. Al hacer rotar al cilindro de radio mayor en sentido horario las partes del fluido más cerca de éste, rotarán con una velocidad mayor que las que están más cercanas al cilindro menor. Por lo tanto, debido a la viscosidad, lo que era al comienzo una gota de tinta azul, será arrastrada por el movimiento de la glicerina, y se irá estirando en una hebra cada vez más larga y delgada a medida que damos varias vueltas al cilindro externo. Como esta operación de estirado va disminuyendo la densidad de las partículas de carbono que forman la tinta, hasta quedar por debajo del umbral mínimo que el ojo necesita para ver, llegará un momento en el que la gota se habrá “envuelto” en el fluido hasta volverse invisible. Ahora bien, este proceso es reversible: si hacemos girar el cilindro mayor en sentido inverso, o sea el contrario al de las agujas del reloj, irá aumentando la densidad de las partículas de carbón disueltas en la glicerina, hasta hacer reaparecer o “des-plegar” a la gota. En el lenguaje de Bohm, cuando la gota está envuelta y resulta invisible igual “está presente” pero en un “orden implicado o plegado. Cuando se nos vuelve perceptible como gota, está presente en un “orden explicado o desplegado”. Bohm nos propone este modelo para entender la famosa “dualidad onda-corpúsculo” de la materia. La gota visible sería el estado corpuscular.
ii) Imaginemos que, en lugar de una única gota, inyectamos una sucesión de gotas de tinta, del siguiente modo. Primero inyectamos una, giramos el cilindro exterior n veces hasta que se vuelva invisible. Luego inyectamos otra un poquito más hacia la derecha que la primera y hacemos lo mismo, y así varias veces, digamos m veces. Al retroceder el cilindro, haciéndolo girar en sentido contrario nm veces, observaremos una aparente serie de “saltos cuánticos” de gotas-partículas que desfila delante de nuestra mirada. Bohm sugiere que algo similar al ocurre cuando un electrón “salta” de un nivel de energía de un átomo a otro, sin hacerlo gradualmente, es decir, pasando por todo el espacio intermedio siguiendo una espiral, sino en forma discontinua. Es como saltar del primer piso al tercero, pero sin pasar por el segundo... 
iii) Si la separación entre las gotas es suficientemente pequeña, se tendrá la ilusión de un movimiento continuo de una partícula por “el espacio” (en realidad, se trata de un movimiento por una pequeña porción de todo el espacio ocupado por la glicerina). Y, según Bohm, algo parecido ocurre en el “orden desplegado” de tipo “cartesiano” de nuestras engañosas percepciones. Nos parece ver cosas sólidas moviéndose con "aparente" continuidad de un punto a otro del “espacio tridimensional” (en realidad, es un movimiento discontinuo, pero con un "aparecer-desaparecer" tan rápido que es imperceptible para nuestra vista, como ocurre en los filmes del cine).
iv) Finalmente, supongamos que repetimos la operación de ii) pero inyectando alternativamente gotas de color azul y de color rojo. Al envolverlas, se pierde el rastro de las gotas de ambos tipos. De hecho, si se mira con un microscopio en “el orden implicado” se verán mezcladas partículas azules y rojas. Sin embargo, dicho orden es de una naturaleza tal que “sabe distinguirlas”, y las reúne en gotas azules y rojas (sin mezclarlas). Bohm dice que nos podría parecer que todas las gotas del mismo color “comparten un mismo Destino” (2).
            En el lenguaje de Bohm, lo real es un “Orden Implicado” (o “plegado” o “envuelto”), como en una holografía, pero en movimiento o flujo –tal como pasa con el orden sutil en el que están dispuestas las hebras invisibles de tinta en la glicerina en el ejemplo de los cilindros-. En el orden Implicado “el todo está en cada parte y viceversa”. Matemáticamente, se trata de un tipo de orden que –en particular- caracteriza a un “espacio de ondas” de infinitas dimensiones, lo que en Matemática se conoce como un “espacio de Hilbert”, junto con un “álgebra de observables” y un “operador unitario” que describe la evolución dinámica del sistema. Y desde éste se van desplegando “Órdenes Explicados” (o des-envueltos, decodificados, tal como aquel en el que percibimos las gotitas “reconstituídas”, y del que tenemos la ilusoria impresión de ser un movimiento continuo).
Pero nosotros estamos habituados a creer que “lo sustantivamente real” está constituido como un orden explicado, enfatizando sólo aquellas características de “lo que percibimos”. Otra analogía, sería decir que consideramos “a lo real” como si tuviera un “orden explicado” similar al que es característico de las diapositivas. Ahí –en el orden desplegado- sólo hay yuxtaposición de partes moviéndose como en la Física Clásica No Relativista (que es muy diferente de la Física Cuántica) “en el devenir temporal desde un lugar del espacio a otro”, pero dentro de un “espacio-pantalla” de dos (o tres) dimensiones. En la Física Clásica Relativista habría diferencias sutiles en ciertos aspectos –que no vienen al caso-, pero igual que antes habría una descripción en un “espacio-tiempo-pantalla” de cuatro dimensiones. Pero Einstein también supuso que lo real – consistente en el espacio-tiempo conteniendo toda la energía-materia en movimiento relativo-, se caracteriza por un “orden desplegado”. Sólo con el surgimiento de la Física Cuántica se fue desarrollando –aunque inconscientemente hasta Bohm- el sentido de que lo que habría que enfatizar como nuestra representación teórica de “lo sustantivamente real” no es lo perceptible, sino un “substratum fundamental” con un orden implicado multidimensional del cual sólo percibimos las proyecciones o los “desplegamientos” en el espacio-tiempo.

            Con respecto a la vida, la mente y la conciencia, Bohm nos hace ver que también están envueltas en el “holoflujo”. No sólo la materia, sino las plantas, los seres vivos y hasta nuestros pensamientos e intuiciones “repentinas” aparecen y desaparecen como las gotitas del experimento de los cilindros. Duran con una “relativa estabilidad” un período más o menos breve, y luego son “reabsorbidos” en la holokinesis que los generó en medio de sus vueltas o “ciclos del devenir”. ¿Acaso no tenemos “envueltos” en nuestras mentes el lenguaje y la cultura que “por destino” –o por propia elección- nos tocó? Realmente, estamos permanentemente “envolviendo” y “desenvolviendo” en todos los aspectos de nuestras vidas (3).
            ¿Y qué hay de la importante relación entre “el observador y lo observado? Según Bohm, son dos desplegamientos “explicados” desde un mismo “orden implicado”. Como las dos imágenes del único pez tridimensional (Ver el artículo del 'pez cuántico'). Por eso existen tantas correlaciones y eventos sincronísticos.

Citando al mismo Bohm (4):

“Por lo que se refiere a la mente… el contenido explícito fácilmente accesible de la conciencia se incluye en un fondo implícito (o implicado) mucho mayor… de profundidades de inconsciencia desconocidas (y por cierto, en último extremo incognoscibles), que puede considerarse como análogo al “mar” de energía que llena el espacio que percibimos sensiblemente como “vacío”… 
Al igual que el vasto “mar” de energía en el espacio está presente para nuestra percepción como una sensación de vacío o de nada, del mismo modo el vasto fondo “inconsciente” de nuestra conciencia explícita, con todas sus implicaciones [o “envolvimientos”], está presente de un modo similar”

Ejemplo 4: las correlaciones astrológicas. Este Principio es también esencial para comprender lo astrológico, porque nosotros, como “humanos”, somos “parte” de un “Todo” en permanente vibración ondulatoria (el Cosmos).
En tanto “parte” del Cosmos, los humanos tenemos la posibilidad, de “portar” información de la totalidad, en forma análoga a lo que sucede con una célula perteneciente a un organismo. Y también de “aportar” información al Cosmos, la cual se reflejaría o “quedaría matemática y mitológicamente representada” en las configuraciones astrales, y en todos los eventos sincronísticos que –si observamos con cuidado- nos rodean permanentemente bajo la apariencia de “nuestras circunstancias”, o nuestro “destino escrito en las estrellas”.
Esta es la consecuencia natural que se desprende de la expresión del Principio Holográfico en la naturaleza y en el Cosmos. Las Ciencias –en sentido usual- están hoy en condiciones de mostrar la efectividad del principio holográfico en los reinos mineral vegetal, animal y humano. La Astrología puede comprenderse si se extiende la aplicación de este Principio, aún más allá. En todo caso, esto es lo que les propongo: extender este principio que gobierna la Física Cuántica, y que la Biología ya viene aplicando (por lo menos en la clonación de tejidos) a la relación “parte–todo” entre “el hombre – el Cosmos” .
            Como ya hemos dicho, mientras que en la fotografía de un cuerpo humano la cabeza y los pies están claramente separados entre sí, en una holografía de ese mismo cuerpo humano, tendríamos información acerca de todo el cuerpo, en cada uno de sus puntos. Por ende, ahí no habría “separación espacial” entre la cabeza y los pies. Es como si en ese “orden implicado” u holográfico, en cada punto estuvieran “envueltos juntos” tanto la cabeza como los pies. Ahora traslademos esto con nuestra imaginación al Espacio Cósmico –con toda su Holokinética Profundidad, y abarcando lo explicado visible y lo Implicado Desconocido-. La cabeza representaría –digamos- a “nosotros y nuestras circunstancias”, y los pies serían símbolo de las posiciones y la marcha relativas de los astros del sistema solar en un momento dado. En el orden explicado estamos muy separados de los Planetas del Sistema Solar y de las Constelaciones. Pero en el Trasfondo Implicado, estamos plegados juntos, somos parte del mismo “Punto” del Holograma Móvil. En esto consiste la No-Localidad o No-Separabilidad cuántica.

            Otro tanto podemos hacer con la separación temporal”. Porque el espacio y el tiempo son inseparables, según nos enseñó Einstein. Luego, si Todo el Espacio está envuelto en cada punto, Todo el Tiempo debe estar envuelto en cada momento (5). En vez de pensar en la “separación” entre la cabeza y los pies, piensen en la “separación” entre el pasado, el presente y el futuro de algún suceso. 
Como ejemplos:
1) Recuerden el caso del escrito del siglo XIX acerca del “Titanic”. En 1897 (14 años antes del naufragio del Titanic) un escritor de novelas llamado Morgan Robertson escribió una obra llamada “Futility” (vanidad). Posteriormente fue reeditada en el año 1912, es decir, el mismo año de la tragedia con el nombre “The Wreck of the Titan” (El naufragio del Titán). Lo que tiene de especial esta obra, son las numerosas y acertadas coincidencias con los datos del famoso naufragio del Titánic. En este libro encontramos a un buque llamado “Titán” que es el más rápido, grandioso y seguro del planeta; en él encontramos la tecnología más avanzada del momento. Se construye expresamente para realizar la travesía del Atlántico norte a una velocidad desconocida hasta el momento, y conseguir un nuevo récord. La compañía ha dado la orden expresa al capitán de navegar a toda máquina – a pesar de la niebla existente y la amenaza de accidente-; además, el buque no dispone de los botes salvavidas necesarios en caso de accidente, ya que dadas su “súper características” lo consideran “insumergible”.
2) En el cielo nocturno de cada noche, se envuelve en nuestros ojos y “vemos” –sobre todo con la poderosa ayuda de los telescopios espaciales- nada menos que “el Museo de Historia del Cosmos”, hasta unos 300.000 años después del Big Bang ocurrido hace 13.700 millones de años –ya que sólo podemos “ver” desde el momento en que la luz se separó del “caldo” de materia a miles de grados, el período previo se nos presenta como “lo negro del cielo”.
3) Recientemente, se han hallado registros enterrados 50 metros bajo el hielo de la Antártida de la explosión de la supernova que vieron los chinos a plena luz del día en 1006 (d.C.).
4) Existen muchos ejemplos de este tipo de fenómenos sincronísticos “temporales” estudiados por Jung.

             ¿No experimentamos muchos “encuentros” con “gotitas de nuestro mismo color” y a los que nos sentimos “predestinados”? No quiero para nada sugerir que todo está “escrito” -evidentemente tenemos la posibilidad de hacer elecciones y cambios de destino- pero sí que todo “se va escribiendo” entre los cilindros”. Hay algo así como un “Libro de la Vida”. Aquí debemos contrarrestar el “pesimismo” de las doctrinas fatalistas meditando en el “optimismo” que nos trasmite el Principio Holográfico. Porque nos dice que “la parte” no es tan insignificante como cabría esperar: no es sólo “la parte”, sino “un modo de ver el Todo”.
            Es muy evidente la analogía entre los “desplegamientos” cíclicos de las “gotas de tinta sucesivas” con la progresiva actualización de las potencialidades “implicadas” en el mandala de nuestra carta natal, en las sucesivas revoluciones solares.

Observación:
Nótese la diferencia del Principio Holográfico con el “Principio Holístico”. Éste último enuncia: “el todo es más que la suma o agregado de sus partes”. Este Principio, también es válido en la Física Cuántica –así como en la Gestalt-. Por ejemplo, un átomo de Hidrógeno es más que un núcleo formado por un protón (eventualmente con algunos neutrones, según el isótopo de que se trate) y un electrón en interacción electromagnética. Un rostro es más que un conjunto de dos ojos, una nariz, una boca, etc. Una oveja es más que un conjunto de células. Pero eso es distinto que decir que cada célula contiene “envuelta” información acerca de toda la oveja.




(1) Además de “El Paradigma Holográfico” (Ed. Kairós); los libros de Bohm, por ejemplo: “La Totalidad y el Orden Implicado”; también “Ciencia, Orden y Creatividad”, de Bohm y Peat; "Sincronicidad. Puente entre mente y materia" de David Peat, todos de la citada editorial; “Diálogo con científicos y sabios” de René Weber (Ed. Los libros de la liebre de marzo); y de Briggs y Peat: “A través del maravilloso espejo del universo” (Ed. gedisa). Si leen este material, verán que Bohm –y toda la Física Cuántica detrás de él- logran “explicar” lo que –genial y anticipadamente- Jung meramente “describió”.
(2) “La Totalidad y el Orden Implicado”, págs. 250-251.
(3) Porque en rigor todo está en todo. ¿Cómo separar las moléculas de bióxido de carbono que pasan desde el aire al interior de las células de la hoja verde de una planta? O bien nosotros, en cuanto comemos, bebemos, e inspiramos, hacemos excrementos, despedimos toxinas y respiramos ¿dónde empezamos y dónde terminamos? No, hay un “continuo” cuerpo-mundo.
(4) “La Totalidad y el Orden Implicado”, págs. 290-291.
(5) Lo cual no significa que podamos “desenvolverlo”, ni siquiera parcialmente sería algo fácil, aunque podría haber personas más dotadas para ello, como algunos “Profetas”; Nostradamus o Julio Verne. También se halla relacionado con la aparente diferencia en la percepción temporal del inconsciente.

viernes, 8 de abril de 2016

¿Existe la Vida y la Conciencia más allá del cerebro?


¿Existe la Vida después de la Muerte?¿Hay conciencia más allá del Cerebro?



Un destacado neruocirujano estadounidense, recibido en la Universidad de Duke, que fue durante 15 años Profesor de la "Medical School" de la Universidad de Harvard, y que negaba la posibilidad una conciencia independiente del cerebro; tuvo una experiencia que cambió su existencia y su perspectiva científica  para siempre. Este caso se suma a cientos de otras vivencias semejantes que están abriendo un nuevo campo de investigación, por ahora denominado "Neuro-teología". Es una nueva rama de la Medicina que estudia los estados cercanos a la muerte (ECM) desde el punto de vista de la psiquiatría, de la neurofisiología cerebral y de la neurología.


El doctor Eben Alexander estuvo en coma profundo -y conectado a un respirador- en el año 2008 durante toda una semana a raíz de una meningitis bacteriana.

Cuando volvió en sí, luego de varias semanas, hecho infrecuente, porque generalmente esta enfermedad es muy grave -o directamente mortal-, narró una serie de experiencias de las cuales dejó constancia en su libro: "La Prueba del Cielo" publicado en el año 2012.

jueves, 7 de abril de 2016

Reflexiones epistemológicas sobre la Astrología - 5° Entrega


 ¿Es la Astrología una "pseudociencia"?


"Hay más cosas en los cielos y en la tierra, Horacio, que las que has podido soñar con tu filosofía"
Hamlet


Hoy les propongo que meditemos sobre el último punto, que -como enseguida se les hará evidente- merece una atención especial.


miércoles, 6 de abril de 2016

Reflexiones epistemológicas sobre la Astrología - 4° Entrega


¿Es la Astrología una "pseudociencia"?


"Las grandes ideas, por lo general, no conquistan el mundo porque sus adversarios terminen por convencerse y adoptarlas... Lo que sucede es que estos adversarios terminan por morirse, y la nueva generación en ascenso se educa en el clima de la nueva idea. El porvenir pertenece a quien posee juventud"
Max Planck



Ahora les propongo que meditemos sobre seis de los puntos de la lista de Bunge, desde el cuarto hasta el noveno

martes, 5 de abril de 2016

Reflexiones epistemológicas sobre la Astrología - 3° Entrega

astrologia


 ¿Es la Astrología una "pseudociencia"?


"Hay dos maneras de engañarse. La primera consiste en creer lo que no es verdad; la segunda, consiste en negarse a creer lo que es verdad."
Sorin Kirkergaard

Los invito a que, gradualmente y en forma sucesiva, vayamos pensando juntos la pertinencia (o no) de los puntos del listado de Bunge en el caso de la Astrología. 

sábado, 2 de abril de 2016

Reflexiones epistemológicas sobre la Astrología - 2° Entrega

Astrologia




¿Es la Astrología una "pseudociencia"?




"El mayor peligro para la filosofía es la estrechez en la selección de evidencias"

Alfred North Whitehead

Ciencia y Pseudociencia


Habiendo hecho esas aclaraciones introductorias, ahora podemos regresar al asunto de la delimitación entre Ciencia y pseudociencias, con el ánimo de mostrar cuán arbitrario puede resultar, y cuántos prejuicios pueden deslizarse en este intento de marcar los límites de lo que se considerará científico.