jueves, 27 de abril de 2017

LAS SIETE CLAVES DEL SIMBOLISMO ESOTÉRICO ( PARTE 2)

LAS SIETE CLAVES DEL SIMBOLISMO ESOTÉRICO


por Adolfo R. Ordóñez
PARTE II

·         De las Siete Claves del Simbolismo Esotérico, algo se dejaba entrever en las diferentes religiones, pero muchos aspectos pasaban –y pasan aún- total y absolutamente inadvertidos. Descifrar las siete claves, dando las siete vueltas con cada una para ver -siquiera una parte- del contenido de cada Mito, Alegoría y Símbolo en cada ‘Escritura Sagrada’, ya sea en la Biblia, en los Vedas de la India, en los Eddas escandinavos, en el Popol Vuh guatemalteco, etc., es un Trabajo más que 'hercúleo', que solamente pueden realizar algunos -muy pocos- Iniciados. 
·         El hecho de que las Claves sean “Siete”, insistimos, está relacionado con la interconexión de todos los septenarios, desde los Siete Colores del arco-iris, o las Siete Notas musicales, hasta los Siete Chakras del Yoga, las Siete Sefirót inferiores de la Kabaláh, etc. También están las 7 Estrellas (o ‘Rishis’) de la Osa Mayor, ‘la Madre del Tiempo’, el cual era su Hijo-Esposo (en todas las Mitologías, incluyendo a la cristiana), el Verbo o Logos, y las 7 de la Osa Menor, los 7 Logoi, los 7 Reflejos de la Luz Una primeramente manifestada, el Logos Universal.


Es que la comprensión ‘intuitiva y viviente’ de las siete claves implica el desarrollo completo de los siete Principios y de los siete Chakras, y un profundo conocimiento práctico de los siete Rayos o Energías Cualificadas cósmicas, es decir, la culminación misma de la condición humana, o incluso haber ido aún más allá, porque hay Misterios relacionados con Cuestiones que están más allá de la comprensión y alcance de la pequeña dimensión humana (¡Aún de la de los hombres que han sido Iniciados!)

·         En otras palabras: Sólo los ‘Maestros de Sabiduría’ y los más Altos Iniciados de nuestra Jerarquía Planetaria, pueden profundizar más en la comprensión -sin jamás agotarla- de las Siete Claves Esotéricas –y van accediendo a ello sólo en la medida en que avanzan en el Sendero Iniciático, y lo van necesitando en su Trabajo-.  De hecho, fueron Ellos y sus Predecesores quienes, conscientes de la completa interrelación y entrelazamiento de todos los septenarios que constituyen el Cosmos, ‘organizaron y sistematizaron’ -pero, por supuesto, no 'inventaron' ellos- las inagotables y 'siempre nuevas' enseñanzas de este maravilloso conjunto septenario de Mitos, Alegorías y Símbolos-Clave, con sus correspondientes ‘instrucciones básicas’ para descifrarlos. Más allá de lo 'básico', el desvelamiento depende de la intuición y el 'estado de ser' de cada uno. Porque así como el Universo y nosotros mismos somos 'indescifrados' Símbolos de la Realidad Una, y estamos renovándonos de Eón en Eón, e incluso de instante en instante, obviamente, también se renuevan 'creativamente' nuestras captaciones de sus significaciones y de su sentido. Por supuesto, los trascendentes Arquetipos-Raíz de todos los símbolos ‘Son’ (y siempre han sido) por Sí Mismos –y con significados y sentidos siempre ‘Inagotables’- en la Eternidad del Principio Infinito. Según “La Doctrina Secreta” de H.P.B. (ver Vol. IV, p. 321) las Siete Claves del ‘Lenguaje de los Misterios’ (DS, vol. II, Sección II, pp. 22- 36) son las siguientes:

  1. Clave Metafísica-Cosmogónica.
  2. Clave Psicológico-Espiritual (7 Rayos en los niveles humanos, Planetarios, Solares, etc. hasta lo Cósmico).
  3. Clave Astronómica–Astrológica.
  4. Clave Teogónica (12 Jerarquías Creadoras y Otras más allá de Ellas).
  5. Clave de los Poderes Psíquicos y Espirituales.
  6. Clave de los “Reyes Divinos” que encarnaron/encarnan en la Tierra y de los Avatares (esoterismo de las Religiones según los Rayos y las Eras Astrológicas).
  7. Clave Fisiológica–Antropogónica (de los “Héroes” u Hombres Terrestres)


  1. Clave Metafísica-Cosmogónica
·         Esta Clave está relacionada con lo más elevado y sutil de la Filosofía Esotérica; el Plano Ádico, el Chakra Coronario y el Primer Rayocon Energía de síntesis’. Es lo que en la Kabaláh se llama 'Arij Anpín' en arameo, y 'Órej Ha Panim' (Los Rostros Mayores) en hebreo, y que se dice abarcan en toda su generalidad al 'Árbol de la Vida'.
·     Se vincula a la meditación en temas como lo Absoluto, lo Infinito, lo Inmanifestado; el surgimiento del Logos desde el Seno de lo Inmanifestado (1° Logos),  el Espíritu-Materia (2° Logos) y el Anima Mundi o ‘la Activación’ de la Mente Universal (3° Logos), con la periódica ‘venida a la manifestación’, seguida luego por el correspondiente y progresivo ‘regreso a lo inmanifestado’ del Cosmos finito; el surgimiento de los “Muchos” a partir del Uno (o cómo parecen surgir y diferenciarse a partir del “seno” de la Unidad; es decir, la ilusión de la multiplicidad y la separatividad), y el ulterior reintegro de los “Muchos” -verso al Uno. De ahí el nombre de Uni-verso. Sólo la Realidad Una  permanece en Su inmutable e inefable ‘Absolutividad’.
·       Estas 'instrucciones básicas' de las Claves eran difícilmente accesibles, y en especial las de la Clave metafísica, la más “sutil” y difícil de desentrañar. En realidad, las de las Claves, primera, cuarta y séptima han permanecido siendo las más ocultas, pues requieren haber hecho ‘des-cubrimientos en la vida' contrarios a gran parte de las supersticiones y 'pretensiones' dogmáticas de las religiones exotéricas. Además es la Clave que 'sintetiza' (y por ende, comprende, presupone y vincula) a todas las demás.
·         En cualquier mito importante –como en nuestro tiempo advirtió el científico social Levi-Strauss- hay un aspecto metafísico, cosmogónico.
Para citar sólo un ejemplo, en el Capítulo XII del Apocalipsis, el Mito habla de “una mujer embarazada que está por dar a luz; y de un Dragón que intenta impedir el nacimiento del niño. Luego aparece un tercer personaje, un Ángel que lucha contra el Dragón”. Así encontramos en el cristianismo al Arcángel Miguel (o a San Jorge, o Jordi) luchando contra el Dragón, a quien vence, y éste ‘arroja con su cola a la tercera parte de las estrellas del cielo’.
·         En el sentido metafísico de este mito, el Dragón es un símbolo, por un lado, de la Sabiduría Esotérica, pero también, representa a ciertas Jerarquías Creadoras liberadas, aspectos cósmicos que ya han aprendido lo necesario en estos mundos inferiores, y por ende, ya no están sujetos a la necesidad de encarnar en “ésta” Rueda de Nacimientos y Muertes. El “Dragón de la Sabiduría más profunda” no quiere –o bien ya no re-quiere- el nacimiento de este Mundo, explica H. P. Blavatsky, en La Doctrina Secreta, vol. III (pág. 369 Nota 101).
Frecuentemente, el dragón es malinterpretado como “el demonio”, “los ángeles caídos” (“caídos” desde lo Inmanifestado a la Manifestación en la materia, para así evolucionar, y poder “devolver viejos favores” sacrificándose ellos, para auxiliar a otra Jerarquía más atrasada que la de ellos, tal como hizo Prometeo con la Humanidad), etc. Son estos ‘errores de interpretación’ simbólica, debidos a la mezcla de las claves (acá de la 1° con la 4° y 7° Claves, como después veremos) y a la “miopía/ceguera filosófica”, a su vez asociada a la inmadurez psico-espiritual, los que conducen a la “visión más superficial” de los exoterismos ‘religiosos’. Ello, a su vez, es generador de muchas “pesadillas teológicas” e injustificados “miedos” –acompañados de imprudentes actitudes ante ‘peligros’ reales- de las mitologías exotéricas. Debiera meditarse en los dichos del Profeta Isaías, en los que se dice que ‘Dios’ mismo “hace el bien y crea el mal”, así como debiera releerse el “shakesperiano” Libro de Job, donde se representa un drama conocido en las Escuelas de Misterios. ‘Satán’ no es ahí presentado como un “ángel rebelde”, sino como un “obediente” abogado más del Tribunal Judicial Celeste, compuesta por los más altos Ángeles “buenos” y cuyo Juez es ‘el Altísimo’. El único problema es que a Satán se le asignó el “desagradable” rol de  “Hermano Terrible”, que debe oficiar de Fiscal-Acusador de las Almas, y que tiene el deber –sin el cual no habría Justicia- de “someter a duras pruebas” al “candidato” a la Iniciación (Job) para asegurar su fuerza moral. 


Ku-Kul-Kan (y detrás la pirámide de Chichén Itzá)

·         En la antigua China, los emperadores, considerados ‘encarnaciones divinas’ –lo cual es incorrecto, desde la perspectiva esotérica- se vestían con trajes de seda, representando a los Dragones rojos o verdes, como Principios Sagrados. Es decir, el Dragón siempre ha tenido un sentido sagrado, santo; y no ‘demoníaco’ como se lo malinterpretó. Algo similar ocurrió con la serpiente, aunque ésta sí tiene doble significado -espiritual o material- según sea el contexto. Pero –de nuevo- con tantos “Dioses Serpientes” en innumerables monumentos antiguos de América, Quetzalcatl, así como Ku-Kul-Kan en la pirámide de Chichén Itzá, de la cual baja y sube en los equinoccios; en Egipto, en Asia, y hasta en expresiones que la involucran en sentidos claramente “buenos” de parte de Moisés (su ‘serpiente de bronce’ que curaba a los mordidos por las ‘serpientes de fuego’) y de Cristo en la Biblia (‘sed cautos como serpientes y mansos como palomas’), ¿cómo va a ser siempre un símbolo “demoníaco”? Las palabras hebreas ‘Serpiente’ (NáJaSh) y ‘Mesías’ (MaShÍaJ) suman el mismo número 358, lo que implica que sus significados están relacionados. También en la India reposa Vishnú sobre la Serpiente Anantashesha con múltiples cabezas, que yace sobre el Océano. A sus pies, yace su 'consorte' -o Shakti- Lakshmi, y desde el ombligo de Vishnú sale un Loto sobre el cual aparece el 'Cuatrifáceo' Brahma.



·         Fue sólo a partir de la Edad Media que la Serpiente fue  convertida en un símbolo del mal y transformada en ‘el Demonio’. Había cristianos de los primeros siglos, como los egipcios gnósticos Ofitas –luego injustamente perseguidos a muerte- que tenían a la Serpiente como su Logos Dual, La Buena y la Mala Serpiente, el Agathodaemon y el Kakodaemon. Y ello era entendido filosóficamente, como el Espíritu Viviente en la Sabiduría (Ofis-Christos), y la  Materia sobre la que se apoya la existencia condicionante y limitante, con todos sus espejismos e ilusiones (Ofiomorfos), respectivamente. Los Eones Pneumáticos (espirituales) del Pleroma, y los Arcontes Hílicos (materiales) del Hysterema. Del mismo modo, el Zeus griego -de donde deriva el ‘Deus’ (o ‘Dios’) latino- era, para las mentes más filosóficas lo Desconocido, salvo como ‘una Fuerza que obra de acuerdo a la Ley, y en armonía con la razón’ (Esquilo), o también el ‘Don Juan’ del Olimpo, que seducía a cuanta diosa o mujer mortal se le antojara, y descargaba con ira sus rayos destructores sobre los hombres cuando alguna acción de estos le molestaba. Y algo parecido ocurrió con el Dios ‘dual’ de todas las religiones (sea el IHVH más filosófico de los cabalistas, o el bíblico-literal ‘Dios de 4 Letras’, que descargaba su ira en cuanto ‘su pueblo elegido’ no le respondía como arbitraria -y a veces cruelmente- pretendía; o el Vishnú de los Puranas de la India (leídos sin las claves, DS II 124-127); y el de todos los Panteones mitológicos. Ambas partes –claramente- se relacionan también con la dualidad de la constitución  humana.
·         La “Mujer embarazada”, simboliza una Gran Madre, un arquetípico Útero Cósmico-Angélico a partir del cual vienen a ser todos los ‘Hijos’ manifestados (Galaxias, Sistemas Solares, Planetas, Humanidad, etc.).
El Dragón que mora en el Abismo u ‘Océano de la Sabiduría’, en una de las 7 ‘Subclaves’ de la 1° Clave Metafísica, se trata de la ‘Sabiduría Absoluta’ (DS III 369 Nota 101), y a la vez, en otra Subclave, es el Iniciador Uno, que se opone -o 'pone resistencia' y 'prueba'- al nacimiento del “Niño” (a la Iniciación, a menos que el 'candidato' demmuestre estar preparado), ya que éste representa al ‘Universo’ o nuevo ‘Ciclo de ciclos’ que  viene a la existencia (Logoica, de diversos tipos posibles, Angélica y humana, etc.) en la materia, y ésta –a pesar de su inestimable valor espiritual final- es un símbolo de la ignorancia, del sufrimiento y de la destructiva ‘ilusión de la separatividad’. Es el mismo sentido en el que un Buddha (o un buen candidato a la Iniciación) prefiere el Nirvana (o la 'Vida' del Espíritu-Alma) al samsara, a ‘la Rueda de nacimientos y muertes’ (o la mera 'existencia' mundanal, respectivamente).
·         Miguel y su Hueste, representan a una colectividad de Seres Espirituales, Angélicos en sentido amplio, que colaboran para que el universo se manifieste porque ellos mismos tienen mucho que aprender todavía, y están dispuestos a pagar el ‘precio kármico’ que ello siempre involucra. Es notable, acota Madame Blavatsky, que para el esoterismo, el orden o valor  espiritual de los personajes míticos habituales, está invertido. En efecto, el Dragón está por encima y simboliza –en casi todas las Claves y Subclaves- una Realidad más ‘espiritual’ que ‘el Archisátrapa de la Milicia Angélica’(DS III 362). 
En todas las mitologías del mundo aparecen 'dragones alados' que cuidan al 'Árbol del Conocimiento' (iniciático), que se halla simbolizado por dos serpientes entrelazadas en torno a una vara central, como está la serpiente kundalini alrededor de la columna vertebral de los Iniciados, los 'que han luchado y han vencido' las duras pruebas que exige 'una Vida más abundante'. 



Ejemplo de que las Claves, aunque estén 'entrelazadas', no deben mezclarse entre sí
·         En otra Subclave de la 1° Clave (es decir, en otra de las 7 ‘vueltas’ de la misma Llave) el ‘Dragón de la Sabiduría’ corresponde al 2° Logos en el ‘Océano de Sabiduría’ ya manifestada (que es lo que significa ‘Dalai Lama’, con su ‘tiara’ en forma de pez –de donde derivó también la ‘ictícola’ tiara de los Papas del Catolicismo Romano-). También es Vishnú en India, cuyo primer Avatar fue un Pez; y Ea o Sabiduría babilónica, con su Avatar ‘Dagón’ u Oannes, el Hombre-Pez saliendo del Mar. El 2° Logos es la ‘Segunda Persona’ de la Trinidad, el Hijo o Verbo (DS III 341), pero sin confundirlo con uno de sus Avatares en la última Era de Piscis, los Peces: el Cristo, que usó al Maestro Jesús como su vehículo. En otra Clave, la 7°, el Dragón es ‘Neptuno’, el Dios de los Mares con su poderoso Tridente, como símbolo del Diluvio (Génesis 6 y 7) con el que tuvieron que ser destruidos los gigantes atlantes por los espejismos y la ‘magia negra’ en que cayeron (DS III 342 y 267). Más tarde, la confusión entre las diferentes claves y subclaves, y la lamentable persecución mortal de la incomprendida (e ‘inconveniente’ para los –inconfesables- intereses de los ‘religiosos’ exotéricos) Sabiduría Esotérica, tal como ocurrió con los gnósticos y los Iniciados de todos los tiempos, llevó a considerar al Dragón (y a la Serpiente) siempre como algo maligno, ‘peligroso’ y demoníaco.

2. Clave Psicológica

·         Es la que está relacionada con los Siete Rayos, Siete Fuerzas, Siete Planetas, Siete Sendas de la Felicidad, Siete Propósitos, ya sea Humanos, Planetarios, Solares, Cósmicos, etc.
·     Se corresponde con la Psicología Esotérica, el Segundo Rayo, los Siete “Temperamentos Psicológicos”, las Siete Energías-Fuerzas que Cualifican al Cosmos en todos los aspectos. Acá recomendamos leer los cinco volúmenes del “Tratado sobre los Siete Rayos”, de D.K.-A. A. Bailey.
Alice A. Bailey
·         Decíamos que la llave hay que hacerla girar siete veces, porque –en este sentido psicológico, por ejemplo-, hay que aplicarla no solamente al hombre, sino también a los Planetas, los Sistemas Solares, las Galaxias, el Cosmos; es decir, en múltiples niveles.
·         Esta clave está muy relacionada con la primera. Podemos considerar la Psicología de la Entidad que se expresa físicamente como una estrella: correspondiente a un Logos Solar. Análogamente un planeta se corresponde con un Logos Planetario, etc. Los grandes Iniciados al encarar sus respectivas Tareas, deben conocer –hasta cierto punto- y considerar el Propósito o “razón de ser” de esos innumerables sistemas. Recomendamos como lectura al “Tratado sobre Fuego Cósmico”, de D.K.-A.A.B.
Maestro D.K., 'el Tibetano'

.      Cuando 'San Pablo' [en realidad, 'Pablo' significa 'pequeño' (Iniciado); a veces se le decía Aher que significa 'otro'; pero su verdadero nombre no era 'Saúl', derivado del 'sheol' post-mortem, sino Elishá ben Avuiáh, uno de los cuatro rabinos que, según el Talmud, entraron al Pardés cabalístico, y salió como 'hereje' -para la ortodoxia judía- ISV, Vol. IV, 272] dice 'Cristo en nosotros, esperanza es de Gloria' [Epístola a los Romanos, Cap. 5], se refiere a esta Clave en Subclave humana, en la que 'Cristo' es el 'Yo Superior' interno (es decir, en la Tríada). Es el que sale 'de garante' kármico de toda la serie de nuestras Personalidades encarnadas, y por ello debe 'cargar con nuestros pecados', es decir, padecer los efectos kármicos en la 'cruz' de nuestros cuerpos. Y eso sólo termina en una existencia 'difícil', donde se recibe la 4° Iniciación, llamada 'la Crucifixión' final, en la que 'se bebe el amargo cáliz hasta la última gota', y termina la necesidad de reencarnar como hombre: 'Consummatum est'. En otra Clave, la 4°, Cristo es el Guía Superior de la Jerarquía de Almas humanas y angélicas del Planeta, el 'Maestro de Maestros, e Instructor de Ángeles y hombres'. Y en otra Clave, la 6°, Cristo es la expresión mundial de un 'Avatar Solar' de Amor de gran importancia [del tipo que han resaltado los Rosacruces, y en particular Rudolf Steiner]. Pero esto lo aclararemos en la Parte III.
·        Pero también hay una Psicología –para nosotros insondable- relacionada con cada Gran Entidad, cada una con su Propósito que está integrado con el Propósito Divino Total. Para darnos una idea de lo insondable de estos Misterios, el Maestro D.K. nos dice (a través de Alice Bailey) en su “Tratado sobre Fuego Cósmico” que –mucho antes de llegar al Absoluto- hay una Entidad Cósmica que abarca sólo a algunos pocos ‘Logos Solares’- a la que se denomina ‘Aquél de Quien nada puede decirse’, acotando que ello no es por ser ‘secreto’, sino porque expresa ‘Cualidades’ que para nosotros son totalmente desconocidas, y por lo tanto, menos tenemos palabras para referirnos a Ellas (¡Dice que no las describen ni siquiera nuestras palabras ‘Inteligencia’, ‘Amor’, ‘Voluntad’, etc.!)


1 comentario:

  1. Hola, llegue a este artículo investigando las notas musicales de los sonidos en el cielo, corresponden a la nota la, 6ta clave o tal vez 6ta sub clave de la 1ra, soy lector de Teosofía. Saludos.

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